miércoles, 7 de marzo de 2018

Sudáfrica: el sur.

-¿Llegando al final del camino desde Marruecos? -Me dicen en el cabo de Buena Esperanza. Y me di cuenta de lo mucho que me había perdido volando directamente a Sudáfrica. Y como no puedo volver atrás, aunque no me dirija a Marruecos, haré lo que pueda por el sur africano. De momento pedalear su costa meridional.
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Primero siguiendo la costa atlántica.
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Mossel Bay.
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Después la costa índica. Aquí Mossel Bay, donde comienza la ruta Verde.
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Mandela.
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Wilderness.
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Plettenberg Bay.
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Las vistas desde mi cama.
Me es casi imposible encontrar un lugar donde acampar, todo es propiedad privada y está vallado. Es como circular por un túnel de cristal del que no puedes salir. Si no quiero armar la carpa encima de la carretera, tengo que pedir permiso en alguna finca para hacerlo.
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Port Elizabeth.
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En Sudáfrica encuentras lujosas viviendas y a pocos kilómetros casas de "hojalata".
A veces la tensión se palpa en las calles, una nación con dos caras. La primera y más amable la de un país desarrollado, con lujosas urbanizaciones, potentes todo-terrenos, bicicletas a 1.000 euros… en la otra las chavolas se expanden por los arrabales de las ciudades y la gente camina para desplazarse. Los ricos suelen ser blancos, los pobres negros. Para que ambas partes vivan en armonía habrán de pasar todavía muchos años, cuando la creciente clase media negra se vaya equiparando con la minoría blanca.

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La tienda de Wesley.
Es un pueblo aparentemente pobre, de habitantes negros. Por la que parece única tienda del lugar van pasando algunas personas que realizan pequeñas compras, es un negocio que vende desde comida a útiles de uso diario. Un automóvil se detiene junto a la puerta del establecimiento y se baja una mujer blanca. Pasa dentro donde compra leche y pan, sale y se lo echa a los perros callejeros. Al acabar de comer los perros sube al coche y se va por donde ha venido. Todos nos quedamos mirando, y yo pienso que quizás algunos de los presentes no puedan llevar leche y pan a sus hijos. Son detalles que no contribuyen a destensar las relaciones raciales.

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En East London dejo la costa índica y me dirijo hacia el interior. La próxima vez que vea el océno será en Maputo.
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Viviendas tradicionales.
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Aquí su interior. La casa de Aza.
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Gente buena.
Las casas en los pueblos están desperdigadas, algunas son de planta circular u octogonal. Son poblaciones negras, aquí no viven blancos, y cuando paro quieren saber de donde vengo. Todos se asombran con la respuesta. Muchos piensan que yo soy de Ciudad del Cabo, pero nadie me rechaza por ello. Yo pensaba, teniendo en cuenta el pasado del apartheid, que  los habitantes negros no verían con buenos ojos a sus paisanos blancos, pero no me da esa impresión.
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Al dejar la costa tengo por delante que atravesar las tierras altas.
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Hasta los 2.000 m de altitud.
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Recordando.
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Llegando a Elliot, tarde y comenzando a llover, pido permiso a Robin para acampar en su finca. -Sube a la camioneta y vente a mi casa -me dice. Allí se pone en contacto con Gabin. Éste me aloja en Barkly East y telefonéa a Grant para que me acoja en Lady Grey (foto).
Grant, además de pertenecer a warmshowers, tiene un negocio en su pueblo: www.comfreycottage.co.za
Gracias a todos ellos por hacer más fácil mi camino.
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Tras comprar algo en el supermercado voy a un parque. Una niña con su madre me dice algo que no entiendo y un hombre sentado al lado traduce.

-Dice que tiene hambre.

La doy medio bocadillo, y luego un plátano. Al rato llega el hombre que hizo de traductor con un plato lleno de carne hasta arriba, se sienta en el mismo lado y comienza a comer. No le ofrece a la niña.

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