Si por algo queríamos volver a Nepal es por sus montañas, y la mejor forma de conocerlas es recorrerlas a pie. Para nosotros la escalada a los altos picos están fuera de alcance, pero aún nos podemos permitir el lujo de seguir los senderos a más bajas altitudes. Después de haber seguido el circuito de los Annapurnas hace ya 8 años, ahora comenzamos con la región de Helambu.
El primer día de camino saliendo de Sundarijal llegamos a Chisopani. El edificio azul es nuestro alojamiento.
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Primeras vistas del Himalaya.
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Todos queremos llegar a viejo, pero ninguno serlo.
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Los bancales de una escasa población ocupan grandes espacios en los primeros días de travesía.
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Llegando a los 3.000 m aparece la nieve.
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Magingoth. No es normal tanta nieve en Marzo (época seca) -nos dicen -el clima está cambiando.
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Durante tres días caminamos sobre la nieve.
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El refugio de Thadepati, a unos 3.700 m de altitud.
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Según vamos descendiendo aparecen bosques con grandes árboles.
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En Melamchigoan (a 2.500 m) ya no hay nieve aunque amanece con una fina capa que termina derritiéndose a lo largo del día.
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La región de Helambu fue fuertemente castigada por el terremoto de 2015, y todos sus pueblitos, con vivienndas de piedra, quedaron en ruinas. Ahora sus pobladores viven en casas de chapa y tablas.
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Un chorten del camino. Al pasar junto a ellos debes dejarlos a tu derecha.
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La escuela de Kakani, a 2.000 m. Como el terremoto también destruyó las escuelas, Cáritas construirá algunas en la zona. También alojamiento para los niños que viven más lejos y han de caminar varias horas cada día.
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Durante la primera semana de travesía vemos un camioncillo y una motocicleta como toda representación de vehículos a motor. Tampoco vemos caballerías, los desplazamientos se hacen caminando.
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En bajas altitudes más y diferentes cultivos.
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Unas vecinas de la zona.
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Acabamos camino en Melamchi Pul Bazaar. Namasté.
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