martes, 14 de enero de 2014

El extremo sur de América: Sta. Cruz, Magallanes y Tierra del Fuego.

En Villa O´Higgins no solamente se acaba la carretera Austral, sino las carreteras chilenas, que se interrumpen cortadas por el lago O´Higgins y los campos de hielo. Para continuar hacia el sur hay que cruzar el lago hacia Argentina, y durante varios días espero junto a otros viajeros la salida del barco que está siendo reparado. Nadie sabe cuando zarpará: puede que mañana, nos dicen cada día. Finalmente partimos, pero nos espera un difícil, casi imposible camino, hasta la localidad de El Chaltén.
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Foto Michal Klimek.
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El checo Michal me fotografía empujando la bici hacia Argentina en el segundo cruce de los Andes. Al fondo el lago O´Higgins, San Martín para los argentinos.
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Camino no apto para bicicletas en la provincia de Santa Cruz. Todo el mundo me decía que era difícil, pero nadie que fuera imposible. El tramo de la laguna del Desierto hay que caminarlo tres veces: una portando el equipaje, otra de vuelta a por la bici, y una más con la bici a cuestas durante 15 km. El argentino Jesús y el checo Michal me echan una mano con el equipaje, a ellos les cruzaron en barco.
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El glaciar Piedras Blancas cercano a la localidad de El Chaltén.
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El cerro Poicenot. Tres días de espera y al cuarto por fin las nubes abren un hueco para contemplarlo. Tengo suerte, otros abandonan El Chaltén sin poder verlo tras días aguardando.
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Pero la estrella del macizo es el monte Chaltén, más conocido como Fitz Roy. Es el más alto, que las nubes tapan parcialmente. Son 3.400 m que sobresalen por encima de los 400 del pueblo homónimo.
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Y uno de los responsables de pedalear tan al sur de América es el glaciar Perito Moreno, otra de las maravillas naturales argentinas.
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Mucho hielo...
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Y turistas.
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Y esta es la Patagonia de las estepas, los ñandúes y guanacos. Y del viento y el frío.
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Un buen día al subir la cremallera de mi carpa me encuentro con este amanecer. Lo malo son los 4°C del verano patagón.
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En Río Gallegos más días de espera, en esta ocasión para que el violento viento me deje pedalear.
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Pero con paciencia puedo continuar camino, y de nuevo en Chile me topo con el estrecho de Magallanes. La América continental se ha acabado.
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En esta barcaza cruzo a la isla Grande de Tierra del Fuego por la primera angostura del estrecho de Magallanes.
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La parte chilena está sin asfaltar en su mayoría. Páramos barridos por un viento incesante.
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Y otra vez en Argentina. Esta es la panadería La Unión, en Tolhuin, donde todos los ciclistas que pasan tienen cama gratis y unos dulces de bienvenida. Tanto dulces como empanadas, buenísimos. www.panaderialaunion.com
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El sur de la isla es muy diferente al páramo del norte, aquí encuentras lagos, bosques y montañas, también bonitos asentamientos como éste.
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Paisajes de colores.
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Y tras cuatro meses y 8.000 km estoy en Ushuaia, la ciudad más austral del planeta, y a la que los argentinos gustan de llamar el fin del mundo. Pero no creáis, más al sur está el cabo de Hornos, y si desciendes aún más es el comienzo de otro mundo, la Antártida. Que por cierto, si quieres gastar 5.000 dólares, te llevan en una excursión de 10 días.
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Curiosas inscripciones en esta interesante ciudad.
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Barcos cargados de turistas europeos con trabajadores asiáticos.
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Ushuaia está rodeada de altas montañas.
-Para los extranjeros Ushuaia suena como una ciudad muy lejana, pero para los argentinos no lo es menos, a 3.000 km de Buenos Aires, para nosotros es el fin del mundo.
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Un poco de humor argentino.
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