Sabe que yo también tengo una historia asombrosa, y que me reservo el derecho de contarte a mi vez. Te explicaré, pues, todas las aventuras que me sucedieron y todas la pruebas que sufrí antes de llegar a esta felicidad y de habitar este palacio. Y verás entonces a costa de cuán terribles y extraños trabajos, a costa de cuántas calamidades, de cuántos males y de cuántas desgracias iniciales adquirí estas riquezas en medio de las que me ves vivir en mi vejez. Porque sin duda ignoras los siete viajes extraordinarios que he realizado, y cómo cada cual de estos viajes constituye por sí solo una cosa tan prodigiosa que únicamente con pensar en ella queda uno sobrecogido y en el límite de todos los estupores. ¡Pero cuanto voy a contarte a ti y a todos mis honorables invitados no me sucedió, en suma, más que porque el Destino lo había dispuesto de antemano y porque toda cosa escrita debe acaecer, sin que sea posible rehuirla o evitarla!
Las mil y una noches
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No se acepta:
-Pelearse o amenazar a otros.
-Usar lenguaje abusivo.
-Vestir ropas culturalmente inaceptables en áreas comunes.
-Ofender los sentimientos religiosos.
-Daño o vandalismo en las propiedades.
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Cuando salgas al extranjero, ya sea por turismo o cualquier otro motivo, debes aceptar las normas del lugar visitado, si no, quédate en casa.
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En los últimos años Doha se ha ido poblando de rascacielos.
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En las escaleras del metro.
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Centro Cultural Islámico.
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Zoco Waqif.
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Las Torres Katara.
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En una de las torres está el hotel Raffles. Aquí su vestíbulo.
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Desde lo alto del Raffles, en el bar, piso 36. Aún no han abierto y un empleado me dice que no es tan caro, que una cerveza no cuesta más de 100 riales (25€).
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Este es el vestíbulo del hotel Fairmont, en la otra torre.
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Desde el bar del Fairmont, en el piso 33.
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Las torres Lusail.
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El vestíbulo del Torch Doha.
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Aquí subo al piso 21. Por debajo queda la piscina, sobresaliendo de la fachada del edificio.
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En el centro comercial Villaggio, en la imitación a Venecia han hecho hasta un canal por el que te puedes pasear en góndola.
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El Torch Doha. Ahí se puede ver como sobresale desde la fachada la piscina.
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Es fácil encontrar donde comer por poco dinero en los restaurantes de los trabajadores inmigrantes. Dos mundos paralelos en una misma ciudad.
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La torre del Centro Cultural Islámico.
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Aparejando al dromedario.
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Una zona del zoco Waqif está dedicada a los halcones.
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Tienen su hospital de halcones. Algo así como las clínicas europeas para perros.
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Vuelvo a las torres Katara para verlas iluminadas.
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Y subo de nuevo al Raffles, pero ahora a la terraza del piso 37.
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La pianista del hotel. Por algo cuesta lo que cuesta.
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Mezquita de Katara.
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La mezquita Dorada.
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Mezquita de la Ciudad de la Educación.
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Sala de oraciones.
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Zoco Waqif.
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Debe de haber más de 100 tiendas dedicadas al oro.
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Y no les falta clientela
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En el zoco también hay un área para los pájaros.
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La población del país supera 2'6 millones, pero solamente el 12% son cataríes.
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Disfrutando de las vistas.
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Megacentros comerciales.
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https://youtu.be/866E6kiBiNM?si=_Fliqx1BIyZITadn
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