Podría decirse que Amritsar es la Roma de los sijs, y su Vaticano sería el templo Dorado. Como en el Vaticano, todos somos bienvenidos, aquí no preguntan sobre tu religión para acogerte. Si quieres arder en la gehena ese no es su problema.
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Una plaza por el centro de la ciudad.
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Moto de tres plazas.
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El templo Dorado visto desde fuera.
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En el centro de un lago artificial, aqui se ve el porqué de ese nombre.
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Los sijs no te acogen con la boca chica. Si lo deseas te darán de comer y alojamiento sin pedirte nada a cambio.
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Durante las 24 horas del día los peregrinos ocupan el templo Dorado y sus inmediaciones.
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Una imitación, el templo hinduísta de Sri Durgiana.
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Celebración hinduísta.
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Tampoco faltan mezquitas en Amritsar.
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Otro hinduísta a la hora de "misa".
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Un comercio vendiendo boñigas de vaca.
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Triciclo taxi. Los sijs se caracterizan por el turbante y barba larga.
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A unos 30 km de Amritsar está la frontera paquistaní, y cada tarde el cierre de puertas se convierte en un espectáculo en el que los militares de uno y otro país se retan de forma teatral. A este lado del borde varios miles de personas se encuentran para animar a los suyos.
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