martes, 2 de abril de 2013

Sabah: el norte

Desde Taipei volamos de vuelta a Kota Kinabalu, en el Borneo malayo. Tenemos pensado cruzar la frontera hacia Kalimantan, en la parte indonesia de la isla, pero antes de salir hacia allá nos informan que la región no es segura. Hacía unos días grupos de hombres armados filipinos (nada que ver con el gobierno de este país) desembarcaron en el este de Sabah, reivindicando la zona para el Sultanato de Jolo. El ejército malasio entró en acción y en los tiroteos hubo bastantes bajas. Todo este asunto nos obliga a cambiar de planes y compramos un boleto de avión para Yakarta. Pero mientras esperamos el vuelo viajamos por zonas seguras de Sabah.
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Y de nuevo en Kota Kinabalu visitamos lugares donde aún no habíamos estado, como la mezquita de la universidad.
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O este templo budista.
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 Los barrios de las afueras.
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Nuevos lugares que descubrimos "investigando" un poco.
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También vamos a lugares ya conocidos como a la isla de Sapi, donde se puede bucear entre corales de todos los colores.
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Dejamos Kota Kinabalu y nos vamos para Ranau. Esta es su mezquita con el monte Kinabalu al fondo, una montaña de 4.095 m de fácil escalada, pero si quieres subir tienes que pagar precios europeos, algo que no gusta cuando estás en Asia.
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Asi que seguimos viaje para Sandakan. Estas son algunas de sus calles.
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Y por aquí estamos en los montes de las afueras.
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Esperando salir para la isla de Berhala, los niños de un barco vecino no paran de saludarnos.
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Y aunque habrá quien ya le haya echado el ojo, aún queda algún pedacito de selva a salvo de las plantaciones para producir aceite de palma, donde sobreviven algunos de los últimos orangutanes. Es un centro de rehabilitación donde llegan ejemplares que habían sido capturados como mascotas. Los furtivos matan a la madres y se llevan a las crías para venderlas en el mercado negro.
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Un pedazo de jungla al borde de las palmeras.
Las plantaciones de palma no dejan lugar a otra cosa. Kilómetros y kilómetros de palmeras para enriquecer a unos pocos a costa de la destrucción de unas de las regiones tropicales más ricas del planeta. Según viajas por esta y otras partes de Borneo te ves decepcionado al ver que la avaricia del ser humano no tiene compasión con el futuro de este planeta. Después te acotan una pequeña parcela de selva a la que llaman parque nacional y te enseñan unos cuantos monos como si fuera un tesoro.
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Y regresamos a Kota Kinabalu, el vuelo a Indonesia nos espera.
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